sábado, 2 de junio de 2012

Redes sociales: El caso de robo de identidad


Redes sociales: crecen los casos de robo de identidad

POR LEO GONZÁLEZ PÉREZ

Alertan por los falsos perfiles de Facebook. Ocurre cuando alguien toma la cuenta de su víctima o crea una nueva con su nombre. Allí suben confesiones de delitos o de intimidades sexuales. Un proyecto de ley busca tipificarlo como delito.




Según coinciden los expertos, el robo de identidad está entre los problemas más frecuentes en Facebook, un espacio donde hay más ciberhabitantes argentinos que en toda la provincia de Buenos Aires.
En una de las formas más frecuente del robo de identidad, alguien se apodera de la contraseña del perfil de una víctima, toma el control de su cuenta y emite desde allí contenidos perjudiciales para el titular del perfil. En estos casos, generalmente se suben confesiones de delitos, o de intimidades sexuales. Todo será contra la reputación de la víctima.
También están los que crean un perfil de Facebook en nombre de otra persona . En esos casos se pueden perseguir desde fines más o menos inocentes –como parodiar a un famoso– hasta otros delictivos.
Cristian Borghello, consultor en Seguridad Informática y titular del portal especializado Segu-info, señala que en su sitio reciben un promedio de dos denuncias semanales de robo de identidad en Facebook. “Y en 2009 no eran más de una o dos al mes”, afirma.
El problema, al parecer, se da en todas las edades. Daniel Monastersky, abogado especializado en robo de identidad, afirma que las usurpaciones y la creación de perfiles falsos para hostigar compañeros (ciberbullying), es uno de los delitos por excelencia de Internet .
Maximiliano Bendinelli, perito en seguridad informática, cuenta que la usurpación de identidad en las redes sociales también se usa para conseguir información sobre conocidos. Es común que alguien se haga pasar por otra persona para hacer averiguaciones sobre su pareja o su ex, dice Bendinelli.
Respecto a los diferentes modos de adueñarse de otra identidad, Borghello explica que armar un perfil falso es el más fácil. “Lo único que se necesita es una foto de la víctima”, dice. En cambio, hacerse de la contraseña de la persona elegida como blanco para robarle su cuenta, es más trabajoso. E implica un mayor riesgo, porque en algún momento se deberá entrar en contacto con la víctima, aunque sea por e-mail, lo que lo obliga a dejar algún rastro.
Facundo Malaurelle Peltzer, abogado y miembro de la ONG Argentina Cibersegura, pone el acento en que en el país la suplantación de identidad digital no es un delito. “Suele ser un acto preparatorio para delitos económicos y hasta sexuales. Y en la Argentina, muchas veces hay que esperar un daño real posterior al robo de identidad que sí sea delito para poder accionar judicialmente”, afirmó a Clarín .
El 15 de mayo ingresó al Senado un proyecto de ley que tipifica como delito el robo de identidad digital . Fue presentado por los senadores María de los Angeles Higonet y Carlos Alberto Verna, del Partido Justicialista de La Pampa, y propone incorporar al Código Penal un artículo que fija un castigo de prisión de seis meses a tres años o multas de hasta 200 mil pesos para quien use la identidad de otra persona física o jurídica para dañar a otra persona.

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