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jueves, 15 de marzo de 2018

Los medios rusos RT y Sputnik participaron activamente en la crisis de Catalunya

RT y Sputnik fueron los mayores difusores de noticias sobre Cataluña por redes

Dos investigadores confirman las informaciones de EL PAÍS en el Massachusetts Institute of Technology



Alejandro Romero, de Alto Data Analytics, este lunes durante su charla en el MIT.

Amanda Mars | El País


RT y Sputnik, dos medios de comunicación rusos dependientes del Kremlin, multiplicaron la difusión de los contenidos relacionados con el movimiento independentista catalán durante los días previos y posteriores al referendo ilegal hasta convertirse en el cuarto difusor en redes y comunidades digitales, pese a no figurar ni entre los 25 primeros que más contenidos generaron al respecto, según una investigación llevada a cabo por Alejandro Romero, fundador de Alto Data Analytics, y Javier Lesaca, consultor de comunicación e investigador en la George Washington University.

Romero hizo esta presentación en el marco de la primera Conferencia sobre Ecosistemas de Medios, organizada por el Centro por los Medios Cívicos del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y el Berkman Klein Center en Harvard. “El 2 de octubre [día posterior a la consulta] RT y Sputnik llegaron tener 1,7 veces más distribución que El País, que es el primer periódico en España”, explicó el fundador de Alto Data Analytics. EL PAÍS ha publicado desde septiembre diversas informaciones sobre la injerencia de los medios de la órbita rusa sobre la crisis catalana.

El estudio, que abarca el periodo del 29 de septiembre al 9 de octubre, refleja que las informaciones de dichos medios se movieron sobre todo entre usuarios partidarios de la independencia. En los contenidos primaban los relacionados con la violencia y los favorables a la secesión. De los 100 perfiles en Twitter más activos difundiendo sus publicaciones, el 84% correspondían a cuentas anónimas cuyo patrón de comportamiento no corresponder al de individuos particulares, ya que, o bien están dedicadas en un 100% a difundir piezas de RT o Sputnik, o publican toneladas de tuits 24 horas diarias y siete días a la semana o solo retuitean y no tienen actividad propia, según los investigadores. Algunos autores, como de @rick888, @bobbit2266 o @ivan226622 llegaban a publicar mensajes idénticos con minutos de diferencia. Este último, tras una actividad frenética sobre Cataluña, se dedicó tiempo después a tuitear compulsivamente sobre Siria y luego sobre Filipinas. Su cuenta ha sido suspendida recientemente.

La presentación de los datos, bajo el título “Desestabilizar la Unión Europea”, se enmarcó en una jornada centrada en la desinformación, las noticias falsas y el efecto en la democracia. El asunto lleva en el centro del debate en Estados Unidos desde que los servicios de inteligencia determinaron que Moscú había orquestado una campaña de ciberataques e intoxicación para influir en las elecciones presidenciales de 2016 y de favorecer la llegada de Donald Trump al poder. El pasado noviembre RT fue obligada a registrarse como agencia del Kremlin en Estados Unidos. El mes anterior, Twitter prohibió los anuncios de esta cadena y de Sputnik.

En la jornada, la profesora de la Universidad de Washington Kate Starbird, que lleva desde 2013 realizado estudios sobre el efecto de la desinformación y los rumores en situaciones de crisis, advirtió de que el propósito de esas intoxicaciones “no es convencer, sino confundir” de forma que se erosiona la confianza sobre algún asunto. Por ejemplo, en uno de sus últimos trabajos la académica y su equipo reunieron 58 millones de tuits sobre tiroteos masivos en Estados Unidos entre enero y octubre de 2016. De estos, cerca de 100.000 hablaban de que se trataba de montajes o que participaban actores, en definitiva, impulsaban una narrativa alternativa a la oficial. El objetivo de esos mensajes en Twitter no era tanto hacer creer lo que estos decían, sino generar escepticismo general sobre la información sobre matanzas.

“Aunque no consigan convencerte, consiguen paralizarte, que dejes de pensar lo que antes pensabas sobre un asunto”, señaló en la misma línea el director del Centro de Medios Cívicos, Ethan Zuckernam, organizador de la conferencia.

El escritor Peter Pomerantsev, nacido en Kiev en el 77 y profesor visitante de la London School of Economics, abordó el fenómeno de la propaganda exterior desde la Guerra Fría y señaló que la “disinformatzya” es una técnica para destruir la credibilidad en instituciones y citó el viejo bulo de que la CIA creó el virus del VIH como ejemplo. “No son espías los que hacen esto hoy en día, son agencias de relaciones públicas, esa es la diferencia con la Guerra Fría”, señaló. Uno de los objetivos de la propaganda, dijo, era señalar los problemas ajenos para mejorar la imagen de los propios. "Es la idea de 'nosotros somos corruptos' pero ellos también, 'nosotros tenemos desigualdad, pero ellos también".

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