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domingo, 11 de enero de 2015

El divorcio como un virus (¿maligno?)

La probabilidad de que el matrimonio fracase aumenta si alguien en su red de amigos y familiares se ha divorciado.



Un estudio publicado en la revista "Social Forces" encontró que el divorcio puede funcionar como un contagio social, difundiéndose entre amigos y familias. Si alguien se divorcia en su red - como un amigo o un vecino - su verosimilitud estadística de acabar en Villa Cortada aparentemente aumenta en un 75 por ciento. Pero hay algo peor: Los investigadores escriben: "Las personas que se divorcian pueden influir no sólo a sus amigos, sino también a los amigos de sus amigos a medida que la propensión al divorcio se extiende."

El divorcio representa la disolución de un vínculo social, pero también es posible que las actitudes acerca del divorcio fluyan a través de los vínculos sociales. Para explorar cómo las redes sociales influyen en el divorcio y viceversa, los autores explotan los datos longitudinales de larga duración establecidas desde el Estudio del Corazón de Framingham. Los resultados sugieren que el divorcio puede propagarse entre amigos. Los clusters de divorcios se extienden a dos grados de separación en la red. Gente popular tienen menos probabilidades de divorciarse, los divorciadas tienen redes más densas sociales, y son mucho más propensas a casarse de nuevo con otros divorciados. Curiosamente, la presencia de niños no influye en la probabilidad de divorcio, pero cada niño reduce la susceptibilidad a ser influenciados por sus compañeros que se divorcian. En general, los resultados sugieren que la atención a la salud de los matrimonios uno de amigos puede servir para apoyar y mejorar la durabilidad de la propia relación, y que, desde una perspectiva política, el divorcio debe ser entendida como un fenómeno colectivo que se extiende más allá de los directamente afectados.

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